El otro día os hablaba en esta entrada sobre la primera vez que me puse un portabebé y cómo lo revivo emocionada con cada “primera vez” de las familias que pasan por la tienda pero ¿Sabéis cómo llegué a tener la tienda física de Mis Canguritos?
Os conté cómo me enganchó el tema de la crianza y me hice socia de Lactard donde acudía cada semana, a pesar de tener una lactancia establecida y placentera, para compartir con otras madres nuestras experiencias y si podía ayudar mejor que mejor. Hice un curso de asesora de lactancia con Kika Baeza y ahora estoy intentando (entre mis peques y la tienda tengo ocupado el 99% del tiempo) aprovechar el curso de Teta y Coliño al que me apunté hace unos meses. Es un tema que me fascina y me llena totalmente hablar de ello y contribuir a que las mujeres que desean dar el pecho tengan información y apoyo .
Con los portabebés me pasó igual. Me pasó lo mismo que a muchos de vosotros, me parecía algo mágico! Poder caminar abrazando a mi bebé sin miedo a que se me cayera, darle el pecho o mecerle en sus siestas a la vez que caminaba o hacía cualquier cosa…Me pareció increible la poca información que había al respecto, aunque luego comprobé que información hay mucha pero poco visible y con muchas falsas creencias en contra. Poco a poco con reportajes como el que os compartí aquí el otro día se va normalizando y cada vez hay más profesionales sanitarios que hablan de ello en sus consultas de pediatría, en preparación al parto… consiguiendo que, como dice el lema de Red Canguro, cada vez haya más “bebés en brazos, bebés felices” . Por eso me asocié también a Red Canguro y he hecho la formación de Asesoras de Monitos y Risas. Empecé a colaborar con la difusión y el fomento del porteo y comencé a conocer a más gente maravillosa, profesional y no, de este mundillo y las redes sociales me acercaron a grandes mujeres y familias con las que hoy comparto muchas cosas.
Una de esas personas es Marta, dueña de Mis Canguritos. A base de comprarle cosas y coincidir por Facebook y otras aplicaciones sociales hicimos amistad. Yo disfrutaba de una pequeña excedencia que cogí después del permiso de maternidad para incorporarme a mi trabajo en la oficina de una fábrica. Era de noche y Marta comentaba en un grupo de amigas que necesitaba alguien que le ayudara con la tienda aunque fuera media jornada. Entre risas le dije que si encontraba trabajo para Juan Carlos en su pueblo yo me iba sin pensarlo. Soñaba con poder trabajar cerca de mis hijos, y haciendo esto que tanto me llenaba. De ahí pasé a proponerle que montara una tienda física en Torrejón, que no había nada en la zona y seguimos bromeando sobre el tema. La cosa quedó ahí pero yo seguí soñando con la idea de que hubiera una tienda cerca donde poder probar portabebés, asistir a talleres enfocados a la crianza, actividades para embarazadas, juego en familia… Soñaba con un espacio de encuentro, donde reunirte con otras familias con la misma filosofía de crianza.
Se acercaba el momento de incorporarme al trabajo y quedé con mi jefa en ir a charlar sobre el horario, puesto que quería evitar llevar a los peques a una guardería y tenía la esperanza de poder cuadrar mi horario con el de Juan Carlos. Me lo pusieron mucho más fácil. La empresa no se podía permitir una trabajadora sin apoyos familiares que coge días o cambia turnos para cuidar a sus peques si se ponen malos. Me despedían. Sentí mucho miedo y a pesar de que me dejaban la puerta abierta para cuando mi situación familiar fuera más fácil no quise quedarme parada. Juan Carlos me animó mucho a seguir mi sueño. Me sentía plena cuando hablaba de partos, bebés, lactancia, porteo… Sentía que devolvía un poco de esa magia que me habían dado a mi cuando busqué apoyo al mes de nacer Eduardo, sentía que podía cambiar el mundo como decía Elena el otro día en el Ateneo .
Retomé el tema con Marta, me parecía maravillosa la idea de trabajar con ella y tras varias semanas de darle vueltas, de imaginarme mil posibilidades quedé con ella en pasar un día juntas y hablar cara a cara, que yo soy más de sentarme en una mesa y hablar, garabatear, mirar a los ojos… Y decidimos empezar un camino juntas pero no revueltas. Empecé con los trámites necesarios (búsqueda de local, capitalización del paro, licencias, gestoría, pintura, amueblar el local) y ¡el 16 de diciembre inauguramos!
Y ¿cómo funcionamos? Ella sigue gestionando su tienda online, y yo le compro a ella lo que tengo aquí (salvo algunas cosas que tienen distribuidor exclusivo y no es ella) Somos Mis Canguritos online y Mis Canguritos Torrejón y procuramos funcionar al unísono en cuanto a redes sociales y eso, pero cada una en su parcela en cuanto a ventas. Yo voy trayendo cositas poco a poco y no tengo en stock todo lo que veis en la página web pero tengo suficiente como para probar los distintos portabebés y una vez elegido qué portabebé, podemos elegir cómo lo quieres y traértelo si no lo tengo aquí. Si no has venido por aquí y quieres hacer una compra online pero ahorrarte los gastos de envío, también puedes comprarle a Marta a través de la web y pasar a recogerlo por aquí. Sobre los pedidos hechos de esa manera no puedo ayudarte pues los gestiona ella pero estaré encantada de entregártelos y conocerte.
Y esta es la historia de cómo mi vida giró totalmente hace unos meses.
¿A que tengo un trabajo precioso en un lugar maravilloso y con una socia genial?
#estecurroesunregalo